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Cuando estamos buscando piso, siempre manejamos varios criterios: rango de precio, céntrico o no, estado del piso, luminosidad, zonas verdes… y por supuesto los metros cuadrados. Es lógico ponerle un número a nuestras necesidades (y gustos, por qué no decirlo) de espacio vital: dormitorios, tipo de cocina, número de baños… Por supuesto, sabemos de la complejidad del mercado inmobiliario actual. Y, precisamente por ello, es bueno que afilemos nuestra vista y nuestra creatividad, para encontrar oportunidades que pueden pasar desapercibidas de otra manera.

En muchas ocasiones, es difícil dar con algo que cumpla todos nuestros criterios y acabamos desistiendo o variando algún criterio importante. Nuestra propuesta es introducir una nueva variable que nos puede dar resultados más reconfortantes en su conjunto, también para nuestro bolsillo: incluir en nuestra búsqueda pisos con menos metros cuadrados, con la idea de reformarlos a nuestro gusto.

Como el escultor que ve la figura que esconde el bloque de piedra, podemos sacarle el máximo partido a una superficie. Plantas cuadradas o rectangulares, eliminación de pasillos para ganar metros extra o tirar tabiques para generar habitaciones con más posibilidades. Si la casa tiene techos altos, se puede construir un falso segundo piso interior para poner la cama. También se puede fusionar el salón con la cocina e incluso el dormitorio con el cuarto de baño.

Desde luego, hay más alternativas de las que podemos pensar en un principio. Que además se pueden combinar con una decoración que maximice el confort y la funcionalidad. Al final, nuestro hogar lo mediremos por lo que vivamos en él y, por fortuna, esto no es solo cuestión de metros cuadrados.

Fernando Soave, Franquiciado de La Casa Agency

Estudio Miraflores L’Hospitalet, S.L


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